Javier Álvarez Amaro. Director de Stratego

Aunque mi espíritu es siempre el de mirar hacia delante y mantengo la idea de que “lo mejor está por llegar”, a veces es imprescindible parar un momento y reflexionar. El otro día caía en la cuenta de que este verano se cumplen veinte años de mi primera experiencia profesional. Fue en la redacción de ABC, allá por 1997. Y es inevitable preguntarme qué he aprendido en este tiempo, si es que he aprendido algo.

Así que me puse a ello, y hoy quiero compartir estas veinte cosas que he aprendido en estos años de vida profesional y personal.

  1. No desperdicies el tiempo. Tenemos un tiempo limitado porque todos, antes o después, vamos a morir. Así que aprovecha bien tu tiempo, porque no sabes cuánto te queda a este lado.

2. No te conformes. No tienes por qué. Siempre hay algo diferente esperando tras cualquier esquina, y es bueno de vez en cuando dar un salto al vacío, por ejemplo, dejando un trabajo que no te gusta. Huye del mantra “es que las cosas son así”. Las cosas son así, pero siempre podrían ser de otra manera. El cambio es vida y hay trenes que sólo pasan una vez.

3. No pierdas el foco de lo que es importante en la vida. El trabajo es importante, sí, pero ni de coña es lo más importante. Si haces una lista de las cosas más relevantes de tu vida, verás como no está entre las cinco primeras.

4. No dejes que el orgullo te ciegue. No tengas miedo a trabajar con gente mejor que tú. Al contrario, aprovecha para aprender de ellos. No tengas miedo a pedir perdón. No tengas miedo a rectificar. No tengas miedo a dar un paso atrás de vez en cuando.

5. Lee. Mucho. Cuanto más mejor. Y escucha música, ve al teatro… todo es poco.

6. Si emprendes, prepárate para sufrir. La realidad del emprendedor está muy lejos de los bonitos discursos que alaban a quien da el paso. Una vez que se apaga el eco de esas palabras te queda mucho sufrimiento, muchos impuestos, muchos problemas, muchas trabas, mucha burocracia, muchos clientes tóxicos… y a pesar de ello, a mí me ha merecido la pena.

7. El cliente no siempre tiene razón. De hecho, es muy habitual que el cliente se equivoque, y por eso recurre a profesionales aunque luego no escuche tus consejos. Pero no dejes que eso te frustre. Tu trabajo es recomendar, dar tu opinión, proponer la mejor opción… pero el cliente decide, y tiene todo el derecho del mundo a ‘cagarla’. Al fin y al cabo, es su dinero. Aprende a que eso no te quite el sueño.

8. Disfruta de las pequeñas cosas. A veces perdemos la perspectiva, pero tenemos que disfrutar de cosas que a veces no valoramos lo suficiente. Esa cerveza junto al mar, esas risas cómplices, ese rato que pasas con tus hijos, ese viaje, esa comida con tu familia, esa noche de risas con tus amigos… No dejes pasar los pequeños momentos, porque un día se pueden acabar.

9. Lo mejor está por llegar. Por supuesto. No te dejes vencer por el desánimo por mal que estén las cosas. No te preocupes por pasar la barrera de los treinta o de los cuarenta. Sé positivo, sé optimista… lo contrario sólo sirve para gastar energía inútilmente.

10. Haz ejercicio regularmente. No, no te digo que hagas ‘running’ ni que te prepares un maratón o un triatlón. Simplemente que hagas algo, que andes, que hagas bicicleta… lo que sea. Te sentirás mejor, te ayudará a relajar la mente y mejorará tu rendimiento en el trabajo. Y si tienes la oportunidad de hacerlo antes de comenzar la jornada laboral verás cómo optimizas las primeras horas.

11. Viaja. El destino depende del presupuesto, pero cambiar de aires es siempre positivo. Viajar cambia la perspectiva, enseña que hay cosas diferentes a las que damos por hecho, y nos hace ser conscientes del mundo que nos rodea.

12. Trata bien a la gente. Da igual en qué puesto estés. Trata siempre bien y con respeto a todo el mundo. La vida da muchas vueltas, y la moneda con la que pagues hoy la recibirás mañana. O dicho de otro modo, ten cuidado con las manos que pisas al subir porque luego serán las que tengan que ayudarte al bajar.

13. Cree en ti. Si no lo haces tú, ¿quién crees que va a apostar por ti?

14. Aprende a decir “No”. Repite conmigo: No. No. No. Es una de las palabras más importantes en la vida, y demasiadas veces por no pronunciarla a tiempo sufrimos consecuencias evitables.

15. Los errores son parte del camino. Te vas a equivocar en tu vida personal y en tu vida profesional. Muchas veces. Pero si eres capaz de aprender de tus errores y corregirlos, conseguirás construir con ellos un camino mucho más sólido.

16. Olvida a las personas tóxicas. Hay gente tóxica. Para mí una de las peores especies es la de los «ladrones de tiempo», muy parecidos a los hombres grises de Momo. Cuando detectes a una de estas personas sólo hay una cosa que puedes hacer: ¡Corre!

17. No te quejes. Sobre todo, porque no sirve para nada. Tengo un compañero que cuando le preguntas cómo está, siempre responde: “De puta madre”. ¿Para qué va a decir lo contrario? Quejarse sólo sirve para enfocarse en lo negativo. Mejor busca soluciones a los problemas en lugar de quedarte en tu rincón compadeciéndote.

18. Ten sentido del humor. En los peores momentos, cuando más difícil esté todo, no hay nada mejor que una buena broma capaz de destensar la situación. Reírse en el trabajo es más importante cuanto más complicado es, cuanto más estrés acumulas. Si tiene solución, ¿por qué te preocupas? Y si no tiene solución, ¿por qué te preocupas?

19. No dejes que lo urgente te impida atender lo importante. Demasiadas veces nos dejamos enredar por el laberinto de lo inmediato, un agujero negro capaz de tragarse todo tu tiempo. Tenemos que ser capaces de dar un paso atrás y no perder la perspectiva de lo importante. Algo es urgente cuando requiere una atención inmediata, y es importante cuando contribuye a tus objetivos a medio y largo plazo. Para eso te recomiendo que le eches un vistazo a la Matriz del Tiempo que propone Stephen R. Covey.

20. No dejes de aprender. Nunca.