A lo largo de 2022, el mercado laboral en España ha experimentado cambios importantes, tanto por el crecimiento económico como por los efectos de la reforma laboral que entró en vigor a finales de marzo. Varias de las novedades más trascendentales de esa reforma iban encaminadas a disminuir la excesiva temporalidad del empleo que históricamente ha caracterizado a España. Para ello, se estableció una restricción de los contratos temporales y una clara prioridad de los contratos indefinidos, entre los que se encuentra la modalidad de los fijos discontinuos, hasta ahora muy minoritaria.
Fruto de este cambio, se ha producido un notable incremento del empleo fijo discontinuo que altera en parte los análisis sobre los indicadores del mercado laboral. De hecho, resulta difícil de explicar que en Extremadura se haya cerrado el año con una caída del desempleo de 9.669 personas, mientras que el empleo solo ha crecido en 1.401 afiliados, a pesar de las diferencias metodológicas de ambas estadísticas.
Para arrojar un poco de luz sobre la polémica de los fijos discontinuos, en Stratego CYC hemos realizado un estudio de los datos de la Seguridad Social y del Servicio Público de Empleo Estatal para saber cómo ha impactado la reforma laboral en el mercado laboral de Extremadura.
Desde el punto de vista de la afiliación a la Seguridad Social, el cambio más significativo es la reducción de la temporalidad. En diciembre de 2022 hubo una media de 53.810 afiliados extremeños en el Régimen General con contrato temporal, frente a los 86.033 de un año atrás. Esto supone un descenso de más de 32.200 ocupados temporales (-37,5%), que contrasta con una subida de más de 38.100 afiliados con contrato indefinido.
La temporalidad del mercado laboral extremeño era bastante estable antes de la última reforma laboral, como se observa en el gráfico 1. De media en los meses de diciembre del periodo 2017-2021, en la región había 84.691 afiliados con contrato temporal, de modo que el dato de este diciembre refleja también una caída de cerca de 31.000 temporales. Además, estos contratos antes representaban el 39,8% del total de afiliados al régimen general, pero ahora solo son el 23,4%; es decir, se ha registrado una reducción de más de 16 puntos.
En conclusión, ha habido un claro trasvase de empleo temporal a empleo indefinido, acompañado de un crecimiento del nivel de ocupación.
¿Y qué papel han tenido en este cambio los fijos discontinuos? En diciembre, Extremadura registró 10.486 afiliados medios diarios con este tipo de contratos, teniendo en cuenta que solo constan en alta mientras están en actividad. Son 5.979 más que el año anterior, lo que supone un incremento del 131,1%. Es decir, la cifra de fijos discontinuos activos en la región ha subido a más del doble en un año. En cifras redondas, estos empleados representan una sexta parte del incremento de la afiliación indefinida del último año.
Ahora bien, ¿qué pasa con los fijos discontinuos cuando dejan de trabajar? Cuando pasan a la inactividad, los fijos discontinuos dejan de constar como afiliados en alta. Pero cuando se inscriben como desempleados en las oficinas de empleo, no se clasifican como parados registrados, sino como demandantes de empleo «con relación laboral». No es algo nuevo, es un criterio que se aplica desde 1985, pero hasta el momento el reducido número de fijos discontinuos no tenía gran trascendencia. Sin embargo, ahora que se han disparado con la reforma laboral, el análisis de los datos de parados se queda cojo.
¿Cuántas personas hay en Extremadura inscritas como demandantes con contrato fijo discontinuo en vigor? Los datos del SEPE no permiten conocer la cifra con exactitud [de hecho, la vicepresidenta Díaz ha anunciado que el Ministerio publicará esas cifras], pero sí es posible una aproximación con el apartado «demandantes con relación laboral». Aquí se incluyen incluye tanto a estos fijos discontinuos como a los trabajadores en ERTE, es decir, a toda persona con contrato laboral suspendido.
En 2019, en Extremadura la media mensual de desempleados con relación laboral era de 5.000 personas. La cifra se disparó con la activación de los ERTE por la pandemia, hasta casi las 45.000 personas, pero una vez pasado lo peor, desde mediados de 2021. se retornó al nivel previo. En 2022, con las nuevas condiciones de la reforma laboral, se observa un primer repunte en julio y un crecimiento vertiginoso desde octubre. El año ha finalizado con 22.037 demandantes con relación laboral, 17.000 más que el año anterior, un 337% de subida. Todo este incremento cabe achacarlo a los fijos discontinuos, puesto que los trabajadores en ERTE se han reducido en este periodo de 1.422 a 349.
Por tanto, hay unas 17.000 personas que en el último año han dejado de trabajar, aunque tengan una relación laboral, pero no han pasado a contar como parados registrados. ¿Cabría sumar esta cifra a los parados registrados para descontar el efecto de los fijos discontinuos? Podría ser un cálculo burdo, pero supondría que el desempleo en Extremadura, en lugar de bajar en 9.669 personas en un año, habría subido en más de 7.300 personas, una cifra que tampoco guarda lógica con la evolución de los afiliados.
En cualquier caso, lo cierto es que este incremento de los fijos discontinuos y su clasificación en las oficinas de empleo han trastocado las series de datos de paro registrado. La EPA probablemente aportará información valiosa para aclarar más lo ocurrido con el desempleo en los últimos meses del año.