“Un Plan Estratégico de Comunicación hace que tu organización sea más fuerte, más rápida y, sobre todo menos vulnerable”. Ése es uno de los lemas de Stratego, y hoy queremos ofrecerte nuestra ‘receta’ para elaborar un documento útil que pueda servir como guía de cara a la planificación de un periodo que debe ser de al menos semestral.
No hay atajos ni trucos mágicos. Por eso ésta es una ‘receta’ que, si quieres que sea de calidad, deberá ser llevada a cabo por un ‘cocinero’ experto. Porque sólo cuando las cosas se hacen de manera profesional se obtienen resultados profesionales.
COMPRAR INGREDIENTES. En este primer paso el responsable de la estrategia de comunicación debe recopilar toda la información sobre la organización, sus objetivos a corto, medio y largo plazo, su misión, su visión y sus valores. Y también, cómo no, cuales son sus problemas y riesgos.
TROCEAR. El ‘cocinero’ debe tomar todos esos ingredientes, esa información, y elaborar con ella un informe DAFO, es decir, un análisis de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades.
COCER Y HERVIR. No podemos quedarnos con esos ingredientes en crudo, y por eso necesitamos darle a cada uno el tratamiento adecuado. Es lo que se llama un informe CAME: Corregir debilidades, Afrontar amenazas, Mantener fortalezas, Explotar oportunidades.
A LA SARTÉN, A FUEGO LENTO. Con esas ideas ya en la cabeza, con los objetivos de la empresa siempre en mente, nuestro Plan Estratégico de Comunicación debe marcarse unos objetivos claros, distinguiendo grandes líneas de trabajo, más generales, y líneas específicas. Estas últimas deben ser realistas y evaluables si queremos evitar grandes frustraciones a nuestros clientes. No prometamos lo que no podemos cumplir.
EMPLATAR. Ha llegado el momento de poner orden y de presentar nuestro plato en forma de Plan de Acción. Un Plan Estratégico de Comunicación debe abordar planes específicos para cada área de trabajo. En este caso, ya que hablamos de alta cocina, planteamos un documento con planes individualizados de Redes Sociales y Presencia en la Web; Comunicación Interna; Comunicación Externa; Asuntos Públicos; y Actos Públicos. Y no olvidéis darle aquí ese último toque de picante, ese toque especial que os define.
Y VOILÁ. Ya tenemos nuestro plato. Sólo nos queda presentarlo en la mesa y tomar buena nota de los comentarios de nuestros clientes, porque el cliente no siempre tiene razón, pero sí tiene el poder de decisión.
Buen provecho.