Javier Álvarez Amaro. Director de Stratego CyC
Artículo publicado en HOY. Diario de Extremadura. 21 de noviembre de 2018
De la estrategia a la táctica. Del jugador de ajedrez al surfero. De lo ideal a lo posible. De planificar a cuatro años al ‘semana a semana’ de Leo McGarry en ‘El Ala Oeste de la Casa Blanca’.
Vivimos un momento político histórico, aunque a veces perdemos perspectiva. La primera vez que triunfa una moción de censura. la primera vez que no gobierna el partido más votado. La primera vez que llega al Gobierno un presidente que dos años antes había sido amortizado por su propio partido.
Han pasado más de 5 meses desde que Pedro Sánchez tomó posesión y la batalla por el relato y por la imposición de los temas no ha cesado. Desde el Gobierno nos plantean una dialéctica a la antigua usanza, sencilla, que nos retrotrae a tiempos de Zapatero. Nosotros frente a ellos. Derecha e izquierda. Líneas claras que dividen a los votantes en dos grandes bolsas a falta de un ataque final de centrismo en el que el PSOE se diferenciará de Podemos. Pero cada cosa a su tiempo.
Con el calendario electoral más incierto y con el Gobierno menos respaldado desde que nos alcanza la memoria, resulta lógico que la estrategia pase por ganar la agenda semana a semana. Dicho de otro modo, por imponer desde Moncloa los temas a corto plazo. Y es que el Gobierno trabaja en la agenda con un único horizonte: las próximas elecciones generales (sean cuando sean).
No es una agenda de Gobierno, sino una campaña electoral permanente. No importa tanto aprobar leyes o adoptar medidas como abrir debates que se puedan ganar ante el segmento electoral ‘objetivo’. En este caso, los votantes tradicionales del PSOE que les abandonaron en las últimas citas electorales.
Por eso no es casualidad que nos pasemos el tiempo hablando de los restos de Franco, de una reforma educativa imposible que reabre viejos debates y de una reforma de la Constitución que parece incompatible con el actual Congreso.
De forma paralela desde Moncloa seleccionan con cuidado las olas que interesa ‘surfear’: recordemos la acogida del ‘Aquarius’ o la reciente reacción ante la sentencia del Supremo en torno a los gastos hipotecarios. Se ‘surfea’ con habilidad y se gana el debate a corto plazo, pero no hay mucho más allá de la tabla y del surfero que nos hipnotizan sin remedio.
Y mientras, temas esenciales como la financiación autonómica, el futuro del sistema de pensiones, la auténtica reforma educativa y la despoblación del mundo rural permanecen aparcados, esperando su momento. Los problemas reales del país no se pueden solucionar ni con menos de 90 diputados ni a golpe de Real Decreto, y en Moncloa lo saben.
No existen soluciones sencillas a los problemas complejos, y en este escenario de gestos, imágenes y relatos, más allá de grandes victorias la estrategia es ganar semana a semana.
Decía Leo McGarry que se hace campaña electoral en verso y se gobierna en prosa. El problema llega cuando las circunstancias te obligan a intentar gobernar en verso.
Artículo en el diario HOY: