Atropelladas por la moda de las redes sociales, demasiado a menudo las empresas se lanzan a la aventura de contratar un experto en comunicación en estas redes, lo que se conoce como ‘community manager’, sin tener una estrategia real.

Porque todo lo que hace una empresa debe formar parte de una estrategia global. Ahí se incluyen las estrategias de ventas y de crecimiento, y también la estrategia de comunicación, donde se enmarca todo lo referido a las redes sociales.

Queda muy bien tener cientos o miles de seguidores en Twitter o Facebook, pero la pregunta que se debe hacer el empresario es muy sencilla: ¿y eso a mí para qué me sirve? Eso, ¿en qué mejora mi empresa? Porque la gestión de redes sociales supone un coste, aunque muchos empresarios tiendan a pensar que es un servicio gratuito dado que la mayoría de las redes son gratis. El continente puede ser gratis, pero crear el contenido no, y para generar un contenido de calidad necesitaremos profesionales capaces de hacerlo.

Por eso, antes de lanzarse al complejo mundo de las redes sociales la empresa debe plantearse qué es lo que quiere conseguir con esa acción, porque según cuál sea el objetivo así deberá definirse la estrategia.

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Ésa es la pregunta más importante, previa a la contratación de un servicio de gestión de redes sociales. ¿PARA QUÉ? Las respuestas son variadas, y cada una precisa del diseño una estrategia diferente, adaptada tanto a las características de la propia empresa como a la necesidad de alcanzar ese objetivo que nos hemos marcado.

¿Para qué queremos / necesitamos estar en las redes sociales? Éstas son algunas de las razones más habituales, aunque puede haber tantas como empresas existen:

  • Potenciar / crear nuestra marca
  • Aumentar visibilidad
  • Aumentar el número de clientes y ventas
  • Mejorar la relación con los clientes / aumentar la fidelización
  • Mejorar el servicio de atención al cliente
  • Abrir nuevos nichos de mercado
  • Promocionar nuevos productos

Será entonces, una vez que tengamos claro para qué, cuando nuestra empresa pueda dar el siguiente paso.  Por ejemplo, cuál es la red social que más nos conviene. Puede ser una generalista (las más famosas actualmente son Facebook, Twitter, Instagram y Google +) o una de las cientos de redes sociales de carácter sectorial que han proliferado en los últimos años. Saber elegir será la diferencia entre el éxito y el fracaso.

O quizás la respuesta sea que en realidad nuestro negocio no necesita esa presencia en redes sociales, lo que ocurre en determinados casos, o no tanto como para dedicar un presupuesto a ese apartado. En ese caso no debemos sucumbir a las modas y renunciaremos al Community Manager.

No olvidemos nunca que quien se equivoca al planificar, está planificando equivocarse.